La historia empieza con una niña ensangrentada de pies a cabeza que sin embargo mira a cámara, al espectador, con la más diabólica de las sonrisas que yo haya visto nunca en un niño del cine. Todo parece indicar que algo no va bien, cuando menos, en la sociedad que ha criado a la pobre colegiala que aun conserva, teñido del rojo de la sangre, su uniforme con faldita de tablas incluida.
A la hora de clasificar este filme lo único cierto es que trata de una película gore. Es una película con un argumento malo de cojones, porque eso no hay quien lo niegue, pero que sin embargo se desarrolla con tal naturalidad y soltura que no resulta nada difícil tragársela enterita una vez que empieza. La historia, aunque con una base que no se sujeta por si sola, es bastante entretenida: en el amanecer de un nuevo milenio, Japón está al borde del colapso. El desempleo alcanza ya el 15% (casi nada, hermanos) y millones de personas vagan sin empleo. La violencia en la escuela está descontrolada y adolescentes rebeldes protagonizan boicots masivos. El gobierno contraataca con “Battle Royale”. Cada año, una clase es escogida al azar, para que se enfrente, en una isla abandonada, a un cruel juego de supervivencia. Las reglas del juego son simples:
1.- El juego dura tres días
2.- Cada jugador empieza con provisiones, agua y un “arma”;
3.- Si sobrevive más de un jugador, todos morirán
4.- No hay escapatoria.
O sea, que o se matan hasta que solo quede uno, o mueren todos, vamos que lo que el Gobierno quiere que es acabar con el grupo elegido “al azar”. Lo cierto es que cuando me pasaron la película, allá por el 2003, ni imaginé lo que era en realidad (gracias Ernesto) y nunca antes había oído hablar del filme, pero una vez que la vi me quedé enamorado de este terror tan cruel y macabro, un terror con suspense incluido (y mucho) que hace pensar, no reflexionar, no, pensar en lo que podría ser vivir una historia así cuando estaba uno en el instituto, espeluznante. Hoy podría recordarnos a Los Juegos del Hambre, pero creedme, es mucho más cruel y se desarrolla en un mundo más similar al nuestro.
La película tiene mucho de japonesa, eso es algo que salta a la vista, especialmente los actores, que la verdad, no se sin famosos o no porque desconozco bastante el cine japonés, pero son increíblemente fascinantes, aunque adolezcan de esa sobreinterpretación propia del cine nipón, pero que en esta ocasión es perfectamente perdonable, especialmente en el caso de Aki Maeda, que hace el papel de Noriko, que despertó en mí una ira asesina que, francamente, me asustó, y que no despertaba en mí ninguna película desde que vi por primera vez Semillas de Rencor
Lo cierto es que no se si con buen o mal criterio, pienso muy sinceramente que todo amante del cine fantástico, gore, de terror o de suspense debería intentar ver esta película, aunque la verdad es que está chunga la cosa en España, ya que aunque la película es del 2000 hasta el mes de agosto del 2002 no llegó a nuestras pantallas y aun así imagino que será difícil encontrarla por canales legales, pero siempre quedarán las vías alternativas de Internet.
Lo recomiendo porque este tipo de cine nos enseña mucho, tanto sobre el cine en si como sobre la condición humana. Sería interesante mirar en una situación de necesidad y supervivencia como cualquier persona, incluidas las más pacíficas o atontadas, se plantean acabar con amigos de toda la vida ante una situación como la que se cuenta en la Battle Royale.
Y también se puede aprender y aprehender, sin ir más lejos,a hacer una película interesante sin historia creíble y sin peso argumental, pero que sin embargo logra enganchar y dejar una profunda huella en el espectador.
Lo dicho, buscad esta película que merece la pena.