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Bienvenidos a mi blog, un lugar para reflexionar sobre el cine | Welcome to my blog, a place to reflect about cinema

domingo, 28 de octubre de 2012

Homenaje al gran Al Pacino

Os dejo aquí un vídeo que realizamos Carlos Murillo y un servidor allá por finales del siglo pasado, es un homenaje al gran Al Pacino, un actor que ha sido ejemplo de buen hacer y del que sin duda pueden aprender generaciones de nuevos actores.

lunes, 20 de agosto de 2012

Adios, Tony, adios


Otro grande del cine nos ha dejado en las últimas horas, el director británico Tony Scottha moría este domingo a los 68 años, y lo ha hecho de una manera sorprendente y realmente impactante, suicidándose, según apuntan todos los indicios, se lanzaba desde un puente sobre el puerto de Los Ángeles.

Scott era hermano del también cineasta Ridley Scott, mucho más laureado y reconocido, con quien formaba la productora Scott Free, que firmó películas que seguro todos los amantes del cine de acción recordamos, como Black Hawk derribado o Gladiator, series para TV de esas que tal vez recordemos menos, al menos en España. Tony Scotth es el autor de películas como Top Gun, Amor a quemarropa y Marea Roja, esas películas que iniciaron un género muy particular por el que otros como los cuasi-hermanos Tarantino y Rodríguez se hicieron archifamosos, pero en el que quien de verdad abrió el melón, como decimos los manchegos, fue Scott, quien debe ser recordado por su carrera como creador de cine de multitud de géneros, ya que dirigió cine, televisión, vídeos musicales y anuncios comerciales.

Podríamos ahora hablar y escribir ríos de tinta sobre las escabrosas circunstancias de su muerte, o podríamos simplemente olvidar que algo terrible lo empujó a quitarse la vida y recordarlo por lo que realmente debería importar de un artista, su obra y la influencia que esta pudo tener en el mundo, en el caso de Tony los thrillers con cierta carga humorística como la segunda entrega de Superdetective en Hollywood, o Top Gun, esa película que marcó toda una época con su estreno en 1986 y que hizo de Tom Cruise la estrella que ha llegado a ser. Y antes de cerrar estas líneas, no quisiera olvidar un título que, personalmente, me parece una de las cintas más impactantes de los 90 como es Amor a quemarropa, violenta y sanguinolenta historia en la que Christian Slater y Patricia Arquette siguen una truculenta historia de Quentin Tarantino.

Descanse en paz, Tony Scotth

lunes, 9 de julio de 2012

Ernest Borgnine, uno de los actoresmás longevos de Hollywood

Su físico contundente le hizo triunfar durante sesenta años de prolífica carrera. Hoy, actores como Paul Giamatti o John C. Reilly deberán meditar un momento y darse cuenta de la importancia de que gente como Karl Malden o Ernest Borgnine hayan existido en Hollywood y abrieran el camino del cine a intérpretes con rostros de gente de la calle, a tipos que convirtieron su normalidad en su sello de la casa. En la noche del domingo, Ernest Borgnine, uno de los últimos de una legendaria generación (queda Kirk Douglas), un hombre que sin ser estrella sí fue un actor adorado por el público, falleció tras sufrir un fallo renal en el hospital Cedars-Sinai en Los Ángeles a los 95 años, rodeado por su esposa Tova y por sus hijos.


Entre los diversos récords logrados en una carrera tan longeva —este mismo año ha rodado El hombre que chocó la mano de Vicente Fernández— hay dos que hacen las delicias de los cinéfilos: participó en las cuatro películas de la saga Doce del patíbulo, y ganó el Oscar al mejor actor por Marty (1955), la primera película basada en un telefilme que llegó a los premios de la Academia. Por cierto, su personaje de carnicero solterón lo había interpretado dos años antes en esa versión original para la pequeña pantalla Rod Steiger. Ermes Effron Borgnino, que así se llamaba, nació el 24 de enero de 1917 en una modesta familia de inmigrantes italianos procedentes de Módena en Hamden (Connecticut). Cuando tenía tres años sus padres se separaron y él viajó con su madre a Italia. Dos años después, hubo reconciliación y vuelta a Connecticut, donde la familia varió el apellido a Borgnine. 

En 1935, tras acabar el instituto, se alistó en la marina de los Estados Unidos. Seis años después la dejó, harto... solo para reenrolarse a las pocas semanas: Estados Unidos había entrado en la II Guerra Mundial. Así que cuando volvió a su casa en 1945 llevaba 10 años en un barco, y no había aprendido ningún oficio. Después de probar suerte en varias fábricas, fue su madre la que, insistiendo en lo fuerte de su personalidad, le recomendó la interpretación y así entró en el Randall School of Drama de Hartford. Después de graduarse, fue contratado por el Barter Theatre de Abingdon (Virginia) y dos años después, en 1949, debutó en Broadway en el papel de enfermero en Harvey.

En 1951 decidió mudarse a Los Ángeles para saltar al cine, aunque antes debutó en la televisión en El capitán Vídeo y los guardianes del universo. Pero su fallecida madre llevaba razón y en pocos meses ya estaba en un gran rodaje, el de De aquí a la eternidad, donde encarnó al sargento Fatso Judson. Estaba en racha: en dos años trabaja en Johnny Guitar, Veracruz y Conspiración de silencio, y gana el Oscar —la única vez que logró la candidatura— por Marty, un drama que fue la primera película estadounidense en llevarse la Palma de Oro en Cannes y que a Borgnine además le reportó un Globo de Oro y un premio Bafta.


Ernest Borgnine entra en sus mejores años, en los que se convierte en un secundario de lujo, con trabajos como Los vikingos, El vuelo del Fénix, Barrabás (le gustaba rodar en Italia, por sus raíces y su dominio del idioma), Doce del patíbulo, Estación polar Cebra o Grupo salvaje. Durante esta década de gloria (1959-1969) se casa con su segunda esposa, la actriz Kathy Jurado (“Bellísima, pero una tigresa”); su tercera, la diva de Broadway Ethel Merman (“Solo duramos 32 días, porque a ella le carcomieron los celos en la luna de miel ya que yo tenía más fans que ella. Volvimos a casa y se acabó”), y la cuarta, Donna Rancourt. En 1973 llegó por fin su matrimonio definitivo, con Tora Traesnaes. Borgnine, además, aprovechó su popularidad para protagonizar una serie de éxito, la sitcom Barco a la vista (1962-1966), con la que fue candidato al Emmy. Por supuesto, apareció en sus dos adaptaciones televisivas.

Nunca dejó de trabajar en las siguientes tres décadas: fue el detective Romo en La aventura del Poseidón, el centurión que habla con Jesucristo en Jesús de Nazaret, el taxista de 1997: rescate en Nueva York... Y siguió compaginando el cine con la televisión: en 1979 fue candidato a otro Emmy por su trabajo en la versión en la pequeña pantalla de Sin novedad en el frente.

Su popularidad nunca decayó: en 1996, Borgnine viajó por Estados Unidos para encontrarse con sus fans. De ese peregrinaje surgió el documental Ernest Borgnine on the bus. Su voz peculiar también le proporcionó apariciones como doblador de personajes en Todos los perros van al cielo 2, en 13 episodios de Bob Esponja y apareció en un episodio de Los Simpson. En 1999 viajó al festival de San Sebastián con la película sorpresa del certamen.

En este nuevo siglo, Bornine no se jubiló: fue finalista a un Globo de Oro por el telefilme Un abuelo por Navidad y a un tercer Emmy por su aparición en Urgencias (2009); y escribió su autobiografía, Ernie, que le empujó a recorrer EE UU de nuevo en su promoción. En 2010 actuó en un taquillazo, Red, con Bruce Willis, John Malkovich, Morgan Freeman o Helen Mirren. Masón, amante de las mujeres, bravucón con su vida sexual, gran vividor aunque de férrea moral... Este periodista aún le vio fumando con 92 años en Chicago, donde presentaba su libro. Inmenso, en el rostro de Borgnine no había huella de cansancio, solo de su edad.
EXTRAIDO DE:  Cultura | EL PAÍS

viernes, 8 de junio de 2012

Salem's Lot, la serie que abrió las puertas de la tv a King.

El Misterio de Salem's Lot
Título original: SALEM'S LOT 

FICHA DE LA SERIE:
Año: 1979 
Compañía: Warner Bros TV 
Director: Tobe Hooper
Guión: Paul Monash 
Actores: David Soul (Ben Mears) James Mason (Straker) Lance Kerwin (Mark Petrie) Bonnie Bedelia (Susan Norton) Lew Ayres (Jason Burke) 


ARGUMENTO: El novelista Ben Mears retorna a su pueblo natal, Salem's Lot, tras varios años fuera. Su objeto es encontrar inspiración para su nueva novela en una casa situada en una colina del pueblo, que parece estar encantada, y en la que Ben tuvo una desagradable experiencia de niño. Ahora la propiedad pertenece al anticuario señor Barlow, que ha llegado al pueblo acompañado de su ayudante Straker. Pronto el terror se apoderará del pueblo, al irse convirtiendo sus habitantes en vampiros, uno a uno. Ben intentará averiguar el origen de la epidemia y erradicarla. 

RECUERDOS: Tendría yo unos cinco o seis años cuando esta serie fue emitida por primera vez en España (en TVE, por supuesto) y aun no he podido olvidarla. Aquel vampiro enorme, calvo y de tez putrefacta que aterrorizaba a todo hijo de vecino que no anduviese en casa después de puesto el sol y aquel reducido grupo de dos o tres (mi memoria no es tan buena) tipos que logran en el último capítulo escapar de la epidemia vampírica a costa de dejar sin agua bendita las iglesias. Son imágenes que se quedaron en mi cabeza y que no puedo olvidar, tal vez responsables (junto con "Mis terrores favoritos") del ser que soy ahora y de esta casi enfermiza afición por todo lo macabro y terrorífico. 

LA ADAPTACIÓN DE KING: Se trata esta de la primera adaptación de una obra de Stephen King para la televisión y desde el principio se apostó fuerte, ya que contó en su plantilla con Tobe Hooper (Matanza de Texas y Trampa Mortal), David Soul (Hutch en la serie televisiva Starsky & Hutch) y James Mason.

Desde luego esta serie fue toda una novedad en la televisión de la época y, según los expertos, cuenta con algunas de las escenas más terroríficas que se han podido ver en una serie de TV, con mucha diferencia.

Por todo, y pese a que los años no han pasado en balde para este clásico del terror, se trata de uno de los productos televisivos con mayor calidad y originalidad de todos los tiempos que merecería la pena reponer, aunque fuese en el más porno de los horarios, como tampoco estaría nada mal que aquellos que aun no la han visto (por su juventud) la buscasen en la Fnac o en internet pata verla y guardar esta joya en vuestra videoteca particular. 

 Texto: © Pedro J.Vázquez

domingo, 3 de junio de 2012

FREDDY KRUEGER, Mi querido tío Fred


FREDDY KRUEGER, el señor de los sueños, nace en Los Ángeles en 1984 de la mano del director Wes Craven. En ese momento lo que nacía era todo un hito en el cine de terror y el peor de los psichokillers de la historia del celuloide. Durante todos estos años un solo actor ha sido el encargado de dar vida a tan demoníaco ser, el carismático Robert Englund, que se popularizó gracias a este personaje y a otro que nada tenía que ver en su carácter, Willie, el "lagarto bueno" de la serie V. Gracias a Craven y a Englund este horrendo asesino se ha convertido en el más admirado de cuantos monstruos nos ha dado la gran pantalla.

La estela de Craven ha sido seguida por directores como Jack Sholder, Chuck Russell, Renny Harlyn, Stephen Hopkins y Rachel Tailalay para finalizar de nuevo en manos de Wes craven en 1994 con "La Nueva Pesadilla de Wes Craven". En el año 2003 el director Ronny Yu lo enfrentó patéticamente a Jason en una demencial película llamada precisamente así, "Freddy Contra Jason".


No hace mucho, en el año 2008, la productora original, New Line Cinema, a cargo esta vez de Samuel Bayer (director básicamente de videoclips), creó un remake con otro actor bajo la piel quemada de Freddy Krueger. La película se estrenó en 2010 en EE.UU pero como siempre, los remakes, remakes son.

Freddy "cara de pizza" es el psicópata del cine que goza de una mayor colección de productos de merchandising, y la verdad es que se lo merece, porque en sus (hasta ahora) 9 películas ha logrado cargarse a un innumerable grupo de adolescentes estadounidenses y aterrorizar a miles de todo el mundo.

El inmortal personaje de Freddy Krueger ha protagonizado las siguientes pesadillas:

- Pesadilla en Elm Street (1984) W. Craven.
- La Venganza de Freddy (1985) J. Sholder.
- Guerreros del Sueño (1986) C. Russell.
- Pesadilla en Elm Street 4 (1987) R. Harlyn.
- Pesadilla en Elm Street 5 (1989) S. Hopkins
- Pesadilla Final, la muerte de Freddy (1991) R. Tailalay.
- La Nueva Pesadilla de Wes Craven (1994)
- Freddy Vs Jason (2003) Ronny Yu.
- A Nightmare on Elm Street (2010).Samuel Bayer.

- Las Pesadillas de Freddy (serie de TV emitida a finales de los 80 y ppios. de los 90)

la casa de las pesadillas de los adolescentes de Elm St.
Hay aspectos de este personaje que lo hacen único y muy atractivo para el público en general, como que en 20 años nunca lo había interpretado ningún actor que no haya sido Robert Englund, algo inaudito teniendo en cuenta que el maquillaje no lo hace imprescindible (aunque si la personalidad que este actor le ha impreso), o que la casa del 1428 de Elm Street existe en la realidad está habitada por una típica familia de clase media estadounidense, aunque la calle no se llama Elm en realidad.

En la penúltima entrega hay imágenes que los fanáticos del cine de terror agradecemos, como las cuchillas del tío Fred atravesando la máscara de hockey de Jasón, o la batalla entre ambos en medio de una pesadilla al más puro estilo de Wes Craven, pero nada de eso compensa el sofocón que nos llevamos los "freddystas" cuando vemos que nuestro ídolo no es mucho más poderoso que el anormal de Jasón.

El guante más famoso del cine de terror
Freddy es Freddy, y eso es algo que en la batalla entre ambos se deja claro, el tito "cara de pizza" posee unos poderes asombrosos y prácticamente insuperables, por eso deberá salir a la realidad para poder medirse en igualdad de condiciones con el gigante de Cristal Lake, puesto que en los sueños no hay color. Siendo muy generosos podríamos ponerle a la lucha encarnizada entre Jasón y Freddy un notable, bajo, eso sí, pues le falta el colosalismo que sin duda Yu ha buscado pero no ha terminado de encontrar. 

Llegado desde el mismísimo infierno, Freddy ha tenido hasta un hijo y por supuesto una aberrante película en la que se enfrenta a otro mito del terror, Jason, al que invocan unos cuantos adolescentes para acabar con el padre de todas las pesadillas. La figura de Freddy siempre aparece ligada íntimamente a una caldera que se vincula directamente con el averno.

Texto: Pedro J. Vázquez - © La caverna de Kwicks

martes, 29 de mayo de 2012

LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES. Los inicios del universo zombi.


FICHA DE LA PELÍCULA:
Título original: NIGHT OF THE LIVING DEAD
Año: 1968
Compañía: Image Ten
Director: George A. Romero
Guión: George A. Romero y John A. Russo
Actores: Judith O'Dea (Bárbara); Duane Jones (Ben); Karl Hardman (Harry Cooper); Keith Wayne (Tom); Judith Ridley (Judy).

ARGUMENTO:
Bárbara y su hermano deciden ir al cementerio donde descnasan los restos de su padre para llevarle flores, pero una vez allí son atacados por un extraño hombre que parece estar fuera de sí y acabará matando a su hermano. Bárbara, catatónica, se refugia en una casa abandonada donde se encuentra con Ben, un joven que huye también de la plaga de muertos vivientes que asolan el condado. En la vieja granja se atrincherarán cuando son rodeados por el fantasmagórico ejército de zombies que deambula por todas partes.

EL PRIMER CLÁSICO DE MUERTOS VIVIENTES.
Este verdadero clásico del cine de terror fue la primera película en presentarnos a los muertos como una amenaza y una de las pocas en concluir de una manera tan triste como el resto de la historia. La película, que costó 200.000 $ de la época, recaudó más de 30 millones y lanzó a la fama definitiva a George A. Romero. Fruto de la maquinación en torno a una mesa de restaurante, Image Ten nace con 600$ de cada uno de los diez amigos que crearon esta productora para llevar a cabo la película. Así, durante siete meses se rodó la película, ya que solo se reunía el equipo para trabajar los fines de semana y festivos, siempre sin cobrar por ello. Pero Night of the Living Dead innovó en los temas del cine de terror, ya que los avances tecnológicos eran los responsables de un desastre para la humanidad, pero también revolucionó los efectos especiales de maquillaje, que con cuatro duros logró resultados extraordinarios y nuevos, con chocolate para la sangre y vísceras de cerdo para las escenas de antropofagia.

Aunque en principio fue rechazada por varias distribuidoras por estar rodada en blanco y negro, fue precisamente eso, junto con su trágico final, lo que la convirtió en todo un éxito de taquilla que no tardaría en encontrar a un público experto en el cine de terror para, finalmente, pasar al gran público de los circuitos comerciales y convertirse en toda una referencia del cine de terror.

Texto: © P.J.V.J.

domingo, 8 de abril de 2012

EL DIABLO SOBRE RUEDAS, EL PRIMER DUELO DE SPIELBERG

FICHA TÉCNICA:

Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 1971
Título original: Duel
Director: Steven Spielberg
Producción: George Eckestein para Universal Televisión
Ayudante de dirección: Jim Fargo
Guión: Richard Matheson
Fotografía: Jack A. Marta, en technicolor
Montaje: Frank Morris
Director artístico: Robert S. Smith
Decorados: S. Blydenburgh
Música: Billy Goldenberg
Sonido: Edwin S. Hall
Duración original: 74 minutos. (Para su estreno en cine se amplió hasta los 90 minutos.)

Interprétes: Dennis Weaber (David Mann), Jacqueline Scott (señora Mann), Eddie Firestone (el dueño del café), Lou Frizzell (el conductor del autobús)

SINOPSIS:
Un ciudadano cualquiera se enfrenta a la amenaza un camión cisterna gigante, que le cierra el paso en la autopista e intenta hacer que se estrelle. Entonces comienza una persecución a muerte desequilibrada entre el discreto utilitario de David y el enigmático camión asesino durante una hora y media en la que Spielberg crea y aguanta la tensión de no saber, por parte del protagonista, quién conduce el camión. Finalmente y después de una reacción violenta por parte del protagonista, acaba con la situación de nerviosismo y tensión que contagia a todos los espectadores.


COMO LAS CAMPAÑAS DE LA D.G.T.

No solo el hecho de ser concebida originalmente como un producto para su estreno en Tv es lo que esta película tiene en común con las campañas de la Dirección General de Tráfico, sino que resulta tan angustiosa como aquellos spots que cada vez son más sangrientos y que no por ello han logrado aumentar el grado de sensatez en los conductores españoles. Al más puro estilo de las campañas de la D.G.T, esta película logra que el espectador se cague de miedo con el mero hecho de pensar que tiene que coger el coche y adentrarse en las siniestras carreteras que esconden cual viles demonios las más terribles amenazas. Aunque no por ello, una vez terminen de salir los títulos de crédito, el conductor, por unos minutos temeroso de los oscuros secretos de la carretera amenazante, recordará que ahí fuera se esconde un terrible peligro que acecha a todo aquel que ose desafiar el sagrado código de la circulación o, en este caso, intentar adelantar a un pobre transportista que a causa de los estupefacientes o tal vez de un estado mental incompatible con la conducción, le hicieron sentirse enormemente indignado cuando el altanero viajante en su patético cochecillo rojo intentó darle alcance e incluso rebasarlo en un momento de máximo fervor y confianza ciega en San Cristóbal. "No adelantarás en vano", ese es el primer mandamiento de la ley demoníaco-camionera, y el incauto David Mann se lo salta a la torera un caluroso día de verano, víctima seguramente de la ausencia del sagrado aire acondicionado en los coches de 1971.


UN DIRECTOR GENIAL SOLO PUEDE PRESENTARSE EN SOCIEDAD CON UNA OBRA ASÍ.

Si no fuera porque no sale ninguna rubia de perfectas facciones y moño apoteósico, cualquiera diría que estamos ante una película de aquel británico regordete llamado Hitchcock. Nadie después de Alfred Hitchcock, ni siquiera Spielberg, ha logrado un grado de suspense tal en el cine, por eso El Diablo Sobre Ruedas es con todas las letras una obra maestra del género, pues ni siquiera su propio director ha logrado cotas tan altas en la intriga después de este filme para televisión del año 1971. Duel (El diablo sobre ruedas) es un verdadero filme hitchcockiano y su ritmo está medido al milímetro de tal manera que resulta imposible despegar la mirada de la pantalla ni un solo momento, algo verdaderamente difícil si tenemos en cuenta el argumento de la película, todo pasa en una carretera y con un solo actor con papel de peso, o lo que es lo mismo, un verdadero tostón infumable si hubiese caído en manos de cualquier otro director, incluido el Steven Spielber de los 90. Pero sin embargo este por entonces novato cineasta, logra mantener los pelos de punta en los brazos del espectador durante los 70 minutos de persecución y acoso al pobre hombrecillo medio americano.

Resulta curioso esa primera secuencia construida a través de un eviterno pseudo plano secuencia en el que mientras vemos lo créditos acompañamos a David Mann en su trayecto desde el garaje de la casa hasta la solitaria carretera que atraviesa el desierto. Desde luego los programas que el auto radio va sintonizando no tienen desperdicio, especialmente ese en el que el locutor llama a una administración pública haciéndose pasar por un ciudadano que no termina de saber si es el verdadero cabeza de familia o lo es su mujer. Y es que el papel de la esposa está muy presente en toda la película, la esposa como guardiana o protectora, como la deidad a la que rezará el protagonista cuando se ve desesperado y en verdadero peligro de muerte, pero una deidad a la que también mira con recelo, pues ella solo preguntará cómo le ha ido el viaje por rutina o por cortesía, pero sin un verdadero interés hacia su peripecia, pues en realidad ¿que tipo de deidad es esa que no posee el don de la omnisciencia? ¿qué deidad es esa a la que rezo y sin embargo permanece apartada del peligro en aquel hogar perfecto alejado del desierto y del terrible monstruo-camión enviado por el mismísimo diablo? Tal vez ese personaje que habla sea en realidad nuestro protagonista, David Mann, que sale a trabajar y por eso se sabe el hombre de la casa, pero no está tan seguro de ser el cabeza de familia, tal vez ese sea el verdadero y único viaje en el que nos adentramos, un viaje hacia la reafirmación de la autoridad que le corresponde en el seno de su familia y que sin embargo solo logrará encontrar cuando destruya sus monstruos, sus camiones monstruo.

También merece la pena fijarse en un detalle, el coche contra el camión, el pequeño e indefenso coche acosado por el terrible y enorme camión monstruo. Y en esto no debemos tomar por casual un dato significativo, el coche, el pequeño pero valiente, el menos fuerte pero más astuto, se llama David, o mejor dicho, quien lo conduce se llama David, un David que se enfrenta al gigante y contra el que solo puede emplear su propia audacia, pues ningún otro arma a su alcance parece dañar al gigante. ¿Una clara referencia a la historia bíblica de David y Goliat? En mi modesta opinión creo que es algo más que claro que si. adviértase que el pequeño, David, un coche último modelo (no olvidemos que estamos en 1971) cuidado y mimado como un rey, algo que se aprecia con el enfado del protagonista cuando los niños del autobús averiado empiezan a subirse sobre el capó, algo que no gusta nada a nuestro David conductor. Mientras, enfrente, tenemos al gigante, al camión-monstruo-Goliat que acecha por pura maldad, que se ha hecho con la corona de la carretera a base de sangre y fuerza y que no dudará ni un segundo en eliminar a cualquiera que intente arrebatarle su trono. Cuando el pequeño y sagaz coche-David decide adelantar al gigante-camión se desata la ira de este último y comienza el acoso y derribo del que intenta pavonearse delante de él para arrebatarle su corona. La lucha que acabará cuando David-coche consiga su propia onda para desequilibrar al gigante-camión y le haga caer con todo el peso de su grandeza y con tanta aceleración como la distancia hasta el suelo le conceda.
La lucha por la corona de la carretera es en cierto modo absurda también, pues nadie más, aparte de ellos dos, desea acceder al trono de una tierra que solo pueblan ellos dos, y que nadie más poblará nunca, porque, en última instancia, nadie más existe en ese mundo en el que todo son luchas para demostrarse algo a si mismo, bien la autoridad de ser cabeza de familia, bien que un coche nuevo y flamante debe correr más que un viejo y destartalado camión cisterna. Y es que tal vez David Mann esté solo en ese viaje que quién sabe si no es en realidad más que su propio interior, pues aunque la amenaza está clara, en ningún momento hemos visto el origen de esta, nunca, en toda la película, vemos al diabloque conduce el camión-monstruo, ni siquiera muerto, así que por qué no pensar que ello se debe a que no hay tal diablo en el corazón del gigante, que tal vez ni siquiera existe el gigante y que todo es, en definitiva, una lucha interna por hacerse con la autoridad que la mujer le roba en casa, una mujer que se extraña de que un marido llame a su esposa aun sin que haya sufrido (aun) ningún accidente en la carretera.

Y ese gigante solo puede morir cuando el pequeño rey se autoconvenza de que es eso, el verdadero rey del ego de David, de su propio ego. El final, tal vez un poco flojo, aunque solo sea por la gran tensión en la que hemos vivido hasta prácticamente ese último momento, es, como no podía ser de otro modo, apoteósico, un final tal vez propio de Narciso Ibáñez Serrador y que años más tarde copió otra película llamada Temblores que protagonizó Kevin Bacon. En temblores el "malo", la amenaza, procede de unos terribles gusanos que devoran gente desde el subsuelo, un gusano enorme que muere cuando es engañado para lanzarse a una velocidad vertiginosa y cegado por su propia gula al vacío de un barranco del desierto. Exactamente igual que acaba el camión - monstruo de Duel, un camión cisterna que bien podría ser un monstruo gusano, pues al igual que la cisterna, el gusano es alargado y cilíndrico. Un gusano - camión - monstruo - gigante que muere cuando deja de ser frío para seguir los dictados de su ira, de su gula, que solo le permite ver lo cerca que tiene a su víctima sin darse cuanta de que también está cerca su final a no ser que frene y de una oportunidad al pequeño coche - David.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El Gobierno de Aragón aprueba un convenio con la Academia de Cine para difundir el cine español en los centros educativos

Hoy gracias a mi amiga Virginia Llera, una gran cineasta y activista por la industria española cinematográfica, he leído una noticia que me agrada mucho y espero que pronto se extienda por el resto de comunidades autónomas de España. La noticia tiene fecha del 21 de febrero y está extraída de www.porlared.com Os la transcribo directamente:

El Consejo de Gobierno de Aragón ha aprobado hoy, 21 de febrero, un convenio de colaboración entre el Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, para desarrollar el proyecto educativo "Cine en las aulas".

La iniciativa permitirá llevar a los centros educativos aragoneses películas españolas representativas de nuestro patrimonio cinematográfico. De seleccionarlas se encargará la Academia de Cine, siguiendo criterios pedagógicos. Los filmes serán editados anualmente, junto a unas guías didácticas que profesores y alumnos podrán utilizar en diversas materias para trabajar, entre otros aspectos, el lenguaje audiovisual y cinematográfico. El proyecto prevé además la elaboración de una versión on line accesible para los centros de enseñanza.

El Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte aportará el proyecto la experiencia acumulada en el programa educativo "Un día de cine", que se desarrolla con la colaboración de la Obra Social y Cultural de la CAI y la Fundación Anselmo Pie, dentro de las líneas de trabajo que incorporan los materiales audiovisuales en la formación del alumnado. Los objetivos que persigue esta iniciativa son introducir el cine como arte en los institutos, crear espectadores críticos y enseñar al alumno otro tipo de películas y formas de acercarse a ellas.

jueves, 16 de febrero de 2012

De Tron a Matrix, el espacio virtual.

Aprovechando ese continuo intento de eclosión del 3D, recupero un artículo que escribí hace ya más de una década con motivo del estreno de The Matrix en el que repaso la evolución del espacio virtual en el cine. En parte es un homenaje a Tron y un reconocimiento a la revolución lograda por los hermanos Wachowski.

Cuando los 80's cayeron como una losa sobre el mundo del cine, éste se vio avocado irremediablemente a una dura crisis que muchos vieron ya como el final del cine y la nueva era del vídeo. Empiezan a aparecer personajes que experimentan con el vídeo, como el coreano Nam Yu Pike, y la gente de a pie empieza a la cómoda, y barata, alternativa de los vídeo clubs. Es decir, el vídeo por un lado empieza a verse por un lado como una nueva forma de expresión artística y por otro lado en lo comercial también se ve capaz de imponerse al celuloide, así que ¿por qué no matar de una vez al cine? Pero un grupo de personas formado por nostálgicos y por quienes sabían de la verdadera ventaja del cine frente al vídeo (una calidad y resolución aun hoy insuperables) decidieron agotar sus últimos cartuchos para salvar a los proyectores y sus películas, así que los productores, que también les iba el negocio en ello, empezaron a probar nuevas técnicas digitales con unos hoy antediluvianos ordenadores con los que las películas podían introducir algo nuevo y espectacular que hiciera a la gente volver al cine pues, como era obvio, ciertas imágenes y escenas resultaban tremendamente más espectaculares en la gran pantalla. Así, aunque ya habíamos visto películas tocadas por la mano del ordenador como 2001 Odisea en el espacio de Stanley Kubrik (1968) y La Guerra de las Galaxias de George Lucas (1977), no tardaría en llegar la gran revolución del cine con efectos digitales más allá de lo hasta entonces imaginable.

En 1982 todos los patrones del cine hasta entonces quedarán descolocados con un título definitivo en el cine fantástico, Tron, de Steven Lizberger, en la que Jeff Bridges, un programador arruinado, se ve atrapado por el ordenador y tiene que enfrentarse a programas informáticos a la vez que busca quien lo pueda ayudar desde fuera para regresar al mundo real. Esta película es la primera que aparece en pantalla con efectos digitales creado con ordenador, pero la clave de su éxito estaba, precisamente, en que no se quedaba ahí, sino que además poseía un buen argumento y una historia nueva, tan nueva como su estética digital que, aunque hoy nos pueda parecer prehistórica, en su día no solo fue impactante sino que también llegó a inspirar la vestimenta de algunas tribus urbanas. Se puede decir tranquilamente por tanto que Tron fur la que puso la primera piedra del templo de la realidad virtual en al cine, pues abrió un camino sin el cual hoy no podríamos imaginar el cine.

A la película de Lizberger le seguirán numerosos títulos que tenderán a la introducirnos en ese mundo digital, virtual, que nos acerca al futuro, como la última creación de Spielberg, Minority Report (2002) hace presente el futuro a partir de una realidad virtual, siguiendo la reciente tradición de Matrix (1999) de los Hnos. Wachowski. A estos nuevos efectos digitales que se introducían en el cine contribuyeron en buena medida las investigaciones del vídeoasta Z. Ricinsky en su versión de “La escalinata” del Acorazado Potemkin, donde empleaba un tratamiento de imagen preexistente (la película de Eisenstein) e imágenes creadas por él unidas a principios de los 80, técnicas de las que se aprovecharán posteriormente películas como Forrest Gump en los 90 o El Amor perjudica Seriamente la Salud; en España, que continúan estas técnicas de manipulación de imagen transformando un texto objetivo en un objeto totalmente diferente.

En la animación hay planteamientos visuales y narrativos muy diferentes, Disney ha seguido una constante, frente a Dream Works que ha optado por otra linea. Evolucionan desde un “cartoon” más artesano hasta un tratamiento informático que permite mayor libertad y planteamientos narrativos más realistas. Cambian los cánones de creatividad de las mesas y los acetatos a los ordenadores cada uno para una parte del dibujo y la animación. El sector crece gracias a determinados productores de Hollywood que han creído en la creatividad sin caer en los códigos de Disney, sino con cabida a otros estilos que den entrada a más públicos. Un buen ejemplo es Shrek, película de asombrosa perfección en movimientos y naturalidad de los personajes y la animación.

Los filmes comienzan a hablar de un futuro virtual, como El show de Truman (1998), película que propone un espacio imaginario en el que uno puede vivir, espacio diferente al de otras películas como Dune (1984), de David Lynch, Fuerza Vital (1985) de Tobe Hooper, filme este último de terror / ciencia-ficción realmente inquietante que recuerda en gran medida La Invasión de los Ladrones de Ultracuerpos. Más tarde, ya en los 90, aparece Desafío Total (1990) de Paul Verhoeven, que en su día fue la película más cara de la historia y eso se nota, sobre todo en los efectos especiales y en la recreación de escenarios. En realidad nos hablan de espacios inexistentes que se hacen presentes, como en Existence de Cronenberg, donde el espacio al que se conecta se convierte en parte de ella. La producción de cine se convierte en un mero emulador de espacios que conocemos, el cine viaja ahora más al futuro para que no lo tengamos tan lejano. La creatividad derivada de la Ciencia-Ficción que impregna nuestra mente (desde las novelas de Julio Verne), línea en la que estamos desde hace unos ocho años.

La evolución a lo largo de la historia del cine de ciencia-ficción continúa con otros títulos. La primera película que incorpora elementos de realidad virtual de una forma total es El cortador de césped (1992) de Brett Leonard, a pesar de todo, otras películas anteriores, mejores y más interesantes. Lo que hacía interesante El Cortador de Césped eran las imágenes generadas por ordenador que representaban los entornos virtuales. La escena de cybersexo era brillante, una verdadera experiencia visual, donde los cuerpos virtuales de los amantes se retorcían iniciando el erotismo del siglo XXI, sexo sin contacto físico. La realidad virtual en el cine superó el efecto de El Cortador de Césped con películas de acción futurista como Johnny Mnemonic y Días extraños.

En Johnny Mnemonic, un thriller de ciencia-ficción, se reproducía digitalmente el ciberespacio de una forma viva e imaginativa, como no se había hecho antes. La realidad virtual era un medio donde se desarrollaba la acción trepidante de la película. Acoso, de Barry Levinson, también cambiaba la referencia visual de la realidad virtual que había dejado El Cortador de Césped.

Y en esto llega Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowski. Matrix logra unos espectaculares efectos especiales, gracias a ello se llevó 4 oscar, y es que The Matrix ha formado un ayer y un hoy en el mundo de los efectos especiales. La película parte de una premisa: existen dos realidades, una que consiste en la vida que vivimos cada día, y otra que se encuentra detrás de ella. Una es un sueño. La otra es MATRIX. El aspecto visual y la acción vertiginosa que se desarrolla en Matrix son absolutamente novedosos. Esto es debido a una combinación de efectos especiales, cámaras de alta velocidad, cables de tracción e imágenes generadas por ordenador, todo ello supeditado a la labor de diseño de Own Paterson y a la imaginación de los hermanos Wachowski. En la película son extraordinarias las persecuciones y las luchas, subiendo por las paredes, corriendo por el techo o saltando de edificio en edificio. Aquí se conjugan varias técnicas y las imágenes sintéticas acuden a rellenar digitalmente los huecos dejados por el montaje y la pantalla de croma verde.

sábado, 14 de enero de 2012

Estreno mundial de Blondi

Esta misma tarde he asistido al estreno de Blondi, el perro de Hitler, un cortometraje del cineasta Hugo de la Riva, un talento inconmensurable que vive en Alcázar de Juan. Este joven costometrajista, introvertido y que rehuye las cámaras y los micrófonos cuando es el el que debe ponerse delante, ha logrado crear un universo mágico con sus cortos, de historias directas y sencillas que impactan como pueda hacerlo cualquier gran producción.

Blondi es una historia bonita, sobretodo para aquellos a los que les gusten los animales, una historia basada en la verdadera existencia del perro de Hitler que nos muestra los más execrables sentimientos humanos de un soldado que llega a desconcertar porque no terminamos de saber si es o no humano (en cuanto a sus sentimientos). La película realmente me ha sorprendido y el corto logra abrir como platos los ojos del espectador, que se lleva una sorpresa impensable al inicio del mismo. En definitiva, muy buena película de 20 minutos de duración que nos demuestra una vez más que Hugo de la Riva merece una oportunidad para saltar al largometraje, algo ciertamente difícil y más aun en estos tiempos de ruina económica generalizada. Además el realizador ha logrado junto con Pablo Conde llenar la sala de cine y la posterior fiesta de estreno con lo más granado de la sociedad alcazareña (políticos, artistas, medios de comunicación, etc)

¡Enhorabuena, Hugo!