Desde algunos secotres se hacen esfuerzos sobrehumanos por crear polémica y controversia a santo de las prohibición del Niqab en centros y espacios púbicos por parte de muchos ayuntamientos catalanes en los últimos meses. El Vendrell, en la provincia de Tarragona, lo hizo el pasado viernes al iniciar los trámites para prohibir el uso del burka y el niqab en los espacios municipales. Y lo mejor de todo es que se votó por uninidad, aunque debería señalarse que esto fue porque los concejales socialistas abandonaron la sala para escenificar su rechazo a la moción presentada por CiU, partido gobernante.
Pero no es una cuestión de abandonar el salón de plenos, o de esconder la cabeza en un hoyo al estilo avestruz, sino de afrontar un problema que aun no es grave, pero debe actuarse sobre él antes de que llegue a serlo. Porque España no es un país musulmán, de hecho oficialmente es un país laico y no podemos caer en la contradicción de prohibir los crucifijos, símbolo del crsitianismo, en centros oficiales y permitir otros signos, como es el pañuelo musulman o la estrella de David judia. Todos los símbolos religiosos debe medirse con el mismo rasero, y todas las religiones deben entender que en este país las creencias y la fe son una opción personal que debe mantenerse en el hogar, en el ámbito personal y familiar.
Estoy totalmente de acuerdo con CiU cuando dice que esto son medidas "integradoras" y a favor de la "dignidad, los derechos de las mujeres y la seguridad". La mejor forma de integración es aquella que asegura que ninguna mujer se cubrirá obligada por su marido. En el Vendrell los musulmanes rechazaron la medida, dicen que de repente, el burka y el niqab parecen el principal problema del país. Dice Khattouti , líder musulman de la comarca de Reus i el Baix Camp, que: "en pocos días se perderá el trabajo de mediación de muchos años". Pero más bien habría que preguntarle si su religión no acaba aprovechándose de las benevolencias de países occidentales y de sus sistemas democráticos, algo totalemnte inexistente en aquellos países de los que proceden este grupo de musulmanes, para radicalizar sus posiciones y convertirlas en odio puro a aquellos lugares que les han dado una oportunidad con la que ni hubieran soñado en su tierra. Y aquí os dejo unas fotos de una manifestación islamista en pleno corazón de Londres, lean los letreros, estoy hablando de una manifestación llamada de "la religión de la paz" en la que sus manifestantes portaban carteles en los que se podían leer cosas como "matad a aquellos que insultan al Islam", "Europa: pagarás, tu demolición está en marcha", o algunos más explícitos con lemas como "DECAPITAD A LOS QUE INSULTAN AL ISLAM", "EXTERMINAD A LOS QUE VAN EN CONTRA DEL ISLAM", "AL INFIERNO CON LA LIBERTAD" o "EUROPA APRENDE DEL 11 DE SEPTIEMBRE"
Solo preguntémonos qué clase de líderes religiosos o sociales tienen esta gente en Europa (lo que pasa en sus países de origen mejor ni pensarlo) que en el corazón de occidente dicen cosas como estas. No señores, no, ninguna mujer que se sienta con total libertad llevaría su cara tapada, estas cosas deben empezar a regularse, son quienes portaban esos carteles los que subyugan a sus esposas, hijas y hermanas para que lleven niqab, para que anden siempre uno o dos pasos por detrás de ellos en la calle, para que no salgan nunca de sus casas si no van acompañadas de un hombre, ya sea su marido, su hermano o su padre.
Occidente puede no ser perfecto, pero somos libres y quien pretenda vivir entre nostros deberá aprender a ser libre y dejar serlo.
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